- marzo 26, 2020
EDUARDO PAYUELO
Pastor evangélico
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¿POR QUÉ MATAMOS?
En cierto momento llegué a tener una gran fama, pero eso no era nada. No era ni respeto. Era el temor que yo le causaba a la comunidad. Cuando echaba un chiste, todos se reían aunque no fuera muy bueno, si no estaba en lo cierto, daba igual, todos me aplaudían.
Tengo 36 años. Soy nacido y criado en esta comunidad, El Encanto. Una vez después de ver a mi padrastro pegarle a mi madre, yo tendría 17 años, mi corazón se llenó de odio y salí a la calle. Me pusieron una pistola, me dijeron garitea ahí. Eso es lo primero que tienes que hacer, vigilar, luego vender, traer cosas de aquí para allá. Quemártela. Después ya estaba en mi esquina, armado, cuidándome de las otras bandas. Había unas cinco. Eran problemas mil en la zona. Si pasabas la frontera, era plomo. En mis tiempos era lo que se veía, ahora se ven bandas organizadas contra la policía, porque aquí las OLP (Operaciones para la Liberación del Pueblo) han hecho demasiado desastre.
Yo en mis últimos días en el crimen lloraba por las noches, pero no le podía decir a los muchachos. Yo era el cabecilla y eso era una debilidad. Me podían matar. El primero que me dijo que estaba equivocado fue el pastor Robinson y por eso me hice cristiano y ahora sigo el camino del señor. Yo, varón, le digo que los muchachos piden auxilio en silencio. Estar ahí es un sufrimiento muy grande. No es fácil. Te están mostrando un rostro, pero es mentira. Por dentro estar en el crimen te desgarra.
Caracas, Junio 2017.
- Venezuela